No hay nada que hacer si la clase obrera
presta más atención a lo que ocurre en un estadio.
Treinta millonarios dando balonazos
son más importantes que sus salarios.
Futbolero alienado sin conciencia de su estado.
Son disminuidos en el campo social
pero tienen todo el derecho a votar.
Deciden por tí, deciden por mí
y callan como perros cuando hay que disentir.
Masas de incapacitados, esclavos asalariados,
sus cerebros oxidados, no han querido ser humanos.